viernes, 28 de enero de 2011

Pensando en voz alta

Los pueblos del mundo, los gobernados, se rebelan contra los gobernantes. Los gobiernos del mundo se revelan corruptos. La rebelión es un delito en los países dónde ocurren. Las revelaciones de los gobiernos son divinas. Ocurre con normalidad que los que  tienen que facilitar o propiciar la vida a los ciudadanos se procupan más por solucionarse su futuro particular. Ocurre también que lo que se hace con frecuencia se hace norma. Los que saben convencernos de que son la solución a nuestros problemas, saben en realidad creárnoslos, con la promesa de la nueva solución.
Algunos llevan décadas en el poder, propiciados por "otros" poderes, sobre todo el dinero y los "salvadores" de todos los pueblos que no voy a nombrar... por miedo. Ahora, tarde por cierto, se rebelan los pueblos oprimidos por gobernantes que se revelan corruptos por la gracia de dios. Lo peor de todo es que los que promueven las revueltas son los que pretenden ocupar los puestos que queden vacantes... con la misma pretensión.

lunes, 10 de enero de 2011

De chiste

Las calles de Jerez de la Frontera están llenas de naranjos, los azhares perfuman su primavera y, por ende, su Semana Santa. Pero en otoño e invierno se llenan de naranjas amargas que hay que recoger.
Estaban los recolectores de naranjas en plena faena cuando uno de los 30.000 parados, sin empleo desde hacía varios meses, tuvo la idea de ganarse unos eurillos. Llenó dos bolsas de esas grandes para los electrodomésticos que aún te dan en los hiper y se puso a pregonar la mercancía por las calles: "Niña naranhita durse como er caramelo, 1 euro treh kililitoh..." Entró en un bar donde había un abuelo fumando un cigarrillo (qué tiempos aquellos) acompañado de su nieto de 12 años que tomaba una cocacola: "Agüelo cómprele ar niño unah naranhitah..." ¿"zon durceh"? pregunta el abuelo; "güenicimah..."; "pueh déle una ar niño que la pruebe". Le pela una naranja y le da a probar un gajito al niño. Y dice el niño: "Loh muertoh la naranha..." y dice el vendedor: "agüelo, eh delicaillo er niño". Y le contesta el abuelo: "¿delicaillo...?, ...es mudo..."
Dedicado a Joaquín, un buen compañero, que me lo contó.

sábado, 1 de enero de 2011

Qué será de tí cuando yo no esté...

Como dicen muchos, comienza otro año, en este caso y para la civilización que nos acoje el 2011.
Lo comenzamos como siempre: con las uvas y el cava (por aquello del patriotismo y la economía) y no con champán. Es decir igual que terminamos el anterior, porque todo empieza y termina del mismo modo. Nos lo inculcan de pequeños y al final nos emociona como si fuera algo que nos viene desde el interior.
Lo aceptamos, por tradición o superstición, como todo lo que nos llega a emocionar en este breve espacio de tiempo en que permanecemos navegando por este pequeño espacio nuestro, que nos hace creer el centro del universo, como si todo girara a nuestro alrededor y nada existiera sin nosotros.
Y es así en realidad. Nada existe sin nosotros, o por decirlo de otro modo, cuando no existimos es como si nada existiera en realidad, porque todo lo que existe lo percibimos a través de nosotros y no de otros. Cuando no estábamos o cuando nos vamos definitivamente, nada existe... nada.