Los pueblos del mundo, los gobernados, se rebelan contra los gobernantes. Los gobiernos del mundo se revelan corruptos. La rebelión es un delito en los países dónde ocurren. Las revelaciones de los gobiernos son divinas. Ocurre con normalidad que los que tienen que facilitar o propiciar la vida a los ciudadanos se procupan más por solucionarse su futuro particular. Ocurre también que lo que se hace con frecuencia se hace norma. Los que saben convencernos de que son la solución a nuestros problemas, saben en realidad creárnoslos, con la promesa de la nueva solución.
Algunos llevan décadas en el poder, propiciados por "otros" poderes, sobre todo el dinero y los "salvadores" de todos los pueblos que no voy a nombrar... por miedo. Ahora, tarde por cierto, se rebelan los pueblos oprimidos por gobernantes que se revelan corruptos por la gracia de dios. Lo peor de todo es que los que promueven las revueltas son los que pretenden ocupar los puestos que queden vacantes... con la misma pretensión.